Si tus últimos días han sido como los míos, todo el día corriendo, llenos de estrés y sientes como si te hubiera pasado un camión por encima; déjame recomendarte el mejor lugar para cargar tus pilas. Santo Niño casa de campo, a solos unos kilómetros de la ciudad es verdaderamente un milagro para romper la agobiante rutina.
Llegar a este lugar es tan fácil como dirigirte a Real de 14 en el área poniente de la ciudad. Con sus excelentes accesos en carretera y un tráfico ligero normalmente, hacen que desde el momento del recorrido dejes todo atrás para adentrarte en esta escapada perfecta.
Al llegar solo puedes ver una pulcra y bien diseñada puerta de madera, la cual al momento de abrirse revela su bien guardado interior. Una casa principal y un área especial para invitados todo construido magníficamente en “contenedores marítimos”. No puedes evitar sonreír cuando ves el interior. Al momento de nuestra llegada la luz ya era muy escasa así que la discreta y cálida iluminación te dan un lindo recibimiento. Claro aparte de la belleza del lugar, la bien cuidada y seleccionada jardinería que enfatiza las plantas endémicas de la región, hay un entusiasta grupo de residentes caninos y gatunos todos listos para hacer tu estancia muy placentera.
Instalarte es la cosa más fácil ya que todo ahí es practico e invitante y te lleva de la mano para sentarte en cualquier lugar a relajarte. El área social exterior cuenta con una perfecta enramada de mezquites, palo verde y tepehuajes que unidos todos entre sí forman un techo agradable, ya sea que te protegen del calor o del frio sereno. Los detalles están por todos lados, colgados en los árboles, en las mesas, los pasillos, etc. Definitivamente para mí el toque más lindo es el remate de la mesa exterior. Un Santo Niño de Atocha que saluda a sus comensales y le da un toque espiritual a este lugar.

Las habitaciones son también toda una experiencia, el diseño y los toques finos de los dueños logran que el espacio que tal vez no sea tan grande se compense con el deck exterior y el baño de primera con el que cuenta.

Está a disposición de los invitados área para asador, alberca, brinca brinca, hamacas y muchos lugarcitos para convivir y relajarse, pero en definitiva lo mejor es el silencio y la calma que se respira en su entorno.
Si todo esto todavía no te convence que tal que te platique que con solo abrir una puerta estas ya en el campo de Golf de Real de Catorce. ¿Cómo te quedaría una ronda espectacular en medio desierto temprano por la mañana? Y mi último “tip” es déjate consentir con una deliciosa cena preparada y montada maravillosamente por sus anfitriones. No dudes en preguntar por ella.


Solo para que estén preparados hay un exceso de atención, invitaciones a jugar y cariño de parte de Santo Niño “Crew” que para mí fue definitivamente la cereza en el pastel.
Para más información y reservaciones visita Instagram: @santoninohmo. Conoce y Comparte este Blog para que mas personas vean Hermosillo a través de los ojos del Turista.